El funcionamiento es igual de simple que el de una plancha, lo bueno es que no tenemos que disponer de ambas cosas a la vez.
En un primer paso se enchufa el cepillo a la corriente, se espera a que éste esté caliente y cepillamos la melena como lo hacemos habitualmente (pero más pausadamente). ¿El resultado? A cada cepillado el cabello queda liso. Lo único malo del asunto, es que adquirir este producto tiene un coste de unos 300 euros. Lo cierto, es que el pelo queda muy brillante, liso y con algo más de volumen que con la plancha.
